A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección |
COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |
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GRANDES TABAQUEROS EN LOS EE. UU. VICENTE MARTÍNEZ IBOR Y SU MARCA "EL PRÍNCIPE DE GALES". |
Vicente Martínez Ibor. (*4) |
Vicente MartÍnez Ibor (n1), líder y pionero de la industria del cigarro de los Estados Unidos, nació el 17 de Septiembre de 1818 en Valencia, en el seno de una familia acomodada. Su madre, María Ibor, pertenecía a una antigua familia de aristócratas cuyas raíces se pierden en el tiempo remontándose al período de dominación árabe de la Península Ibérica. También combatieron valientemente en la Guerra de la Independencia española, así como en las guerras del Norte de África en la segunda mitad del siglo XIX.
El nombre de "Ibor" procede de un afluente del río Tajo que nace en la Sierra de Guadalupe y marca la frontera entre las provincias de Toledo y Cáceres, de hecho hay varios pueblos que toman su nombre, como Fresnedoso de Ibor o Castañar de Ibor entre otros.
Pues bien, corría el año 1832 cuando sus padres, Antonio Martínez y María de Ybor, deciden enviar al joven Vicente a Cuba (*11) al objeto de evitar su alistamiento en el ejercito español; oficialmente fue la Isla con un titulo de Inspector de Escuelas. Una vez allí, la familia utilizaría sus buenas relaciones con el gobierno español para conseguirle un puesto de trabajo.
Sus comienzos en Cuba.
Trabajó durante cuatro años como empleado en un almacén de La Habana y en 1835, a la edad de 17 años, se inició como corredor en el lucrativo negocio del tabaco, vendiendo excedentes de cigarros en el comercio local y después en el emergente mercado de los EE.UU. aprovechando el gran auge de la industria tabaquera.
Anuncio de los cigarros de la marca El Príncipe de Gales (*4). |
En 1848, cuando ya contaba con una excelente posición económica, contrae matrimonio con la cubana Bernarda Learas.
En pocos años, Ibor se convertiría en un acaudalado hombre de negocios, gracias a sus cualidades innatas para los negocios (intuición, sagacidad y talento empresarial), además de aprovechar al máximo sus contactos institucionales en la isla.
Para 1854, ya había logrado amasar una gran fortuna, lo que le permite establecer su propia fabrica de tabacos, con una producción diaria de unos 20.000 cigarros de su primera y más conocida marca, El Príncipe de Gales aunque, como intermediario, seguía vendiendo cigarros de otros fabricantes.
Las ya citadas buenas relaciones con las autoridades españolas le permitieron firmar un importante acuerdo con funcionarios de prisiones para que los presos trabajaran como mano de obra en su fábrica, dado la escasez de trabajadores por aquellos años.
La calidad de sus cigarros fue abalada por premios o medallas las exposiciones de Tabaco de La Habana (1852), y de nuevo en la de París (1855 y 1867), Londres (1862), etc. Ver anuncio de la marca en la figura adjunta (izquierda).
A partir de 1862, comienzan los problemas para Ibor. En ese mismo año de 1862 fallece su esposa Bernarda, y queda al cuidado de sus cuatro hijos, Eduardo, Claudio Ángel, Eloisa y María Antonia. Pocos años después, en 1866, vuelve a contraer matrimonio con Mercedes Revilla, de familia acaudalada, que aporta una dote de 100.000 dólares que serían devueltos treinta años más tarde, a la muerte de Ibor. Mercedes le daría otros seis hijos: María Juana, Mercedes, Salvador, Rafael, Amilia, y María Elena.
En 1866 comenzaron las grandes huelgas de la industria tabaquera en Cuba, consecuencia de la progresiva industrialización del sector y de la falta de entendimiento entre trabajadores y empresarios. Para empeorar la situación, España había decretado un impuesto de 6% sobre el ingreso neto de los bienes y propiedades industriales además de nuevos impuestos administrativos que podrían llegar hasta el 12%.
Con estas medidas, los empresarios como Ibor, que hasta el momento habían apoyado la política de España en Cuba, veían ahora amenazados sus imperios financieros y comenzaban a reconsiderar la continuidad de su apoyo a España. Esta mala política económica obligó a los empresarios a elegir entre el acatamiento de las rigurosas medidas económicas o ayudar secretamente a los separatistas, esperando que tarde o temprano éstos ganarían la partida, quizás con la ayuda norteamericana.
No existe constancia documental de que Ibor apoyase de forma expresa a los rebeldes, pues era muy hábil y cuidaba mucho verse implicado directamente. De hecho, en multitud de ocasiones afirmó públicamente que sus actividades eran exclusivamente económicas, negando cualquier participación en la política. No obstante, eran bien conocidas sus simpatías y apoyo financiero a la causa separatista. Ibor y su fábrica El Príncipe de Gales se había convertido en una especie de icono de patrón y protector de los independentistas.
Las sospechas del gobierno español se consumaron por el testimonio de un antiguo amigo, que les informó sobre sus actividades. Fue esta información la que desencadenó la orden de detención y arresto.
Cuando se enteró, se escondió en casa de un empresario amigo suyo e intentó mover sus contactos en el gobierno para convencerles de su inocencia, pero ya era tarde. Aconsejado de que el tiempo corría en su contra, fue conducido apresuradamente a los muelles de la Habana donde le aguardaba una embarcación que le conduciría a Cayo Hueso (Key West), burlando la persecución de los voluntarios españoles que descubrieron su partida demasiado tarde.
Seidenberg Co. fábrica de Cayo Hueso, 1899 (*4). |
Cayo Hueso, la primera Ciudad del Cigarro de los EE.UU.
Todo apunta a que cuando Vicente Martínez Ibor llegó a Cayo
Hueso, el inmigrante alemán de origen español Samuel Seidenberg, con intereses tabaqueros y fábrica de cigarros en Nueva York, ya había establecido allí, en 1867, una primera fábrica de cigarros "Clear Havana", de su prestigiosa marca La Rosa Española. (*n3)
En 1868, Ibor decide establecer en Cayo Hueso su fábrica de cigarros El Príncipe de Gales, siguiendo los consejos de su asesor financiero, Eduardo Manrara. Con escaso dinero, alquiló por 1.000 dólares mensuales varios edificios contiguos cercanos a los muelles, en Whitehead Street, contrató a los tabaqueros necesarios y comenzó a fabricar cigarros "Clear Habana" de su
emblemática marca, con destino al
mercado de los EE.UU. En la propaganda de la firma figura el año de 1969 como fecha de implantación de su fábrica en Cayo Hueso.
Nada más llegar a tierras norteamericanas, decidió cambiar su segundo apellido, por el que era conocido, de Ibor a Ybor (*n1), más acorde con el país donde, en lo sucesivo, haría sus negocio. Por esta razón, para ser respetuoso con los hechos y con la historia, a partir de ahora se escribirá en esta página como Ybor.
Ignacio Castañeda y su esposa Jenny Martínez, hija de V. M. Ybor (*4). |
El éxito de sus productos se basaba en la alta calidad de la hoja, que procedía de las mejores vegas cubanas, y que le era suministrada (incluso durante los años de guerra) por el que terminaría siendo su yerno, Ignacio Castañeda, que continuó residiendo en La Habana representando sus intereses empresariales en la isla y al cuidado de su familia.
En su aventura de Cayo Hueso, pronto le seguirían otros muchos fabricantes, casi todos de origen español, como Eduardo Hidalgo Gato, O Hallorans, Cortez, Havana-American, Ruy López, etc...
En 1870, se produce el asesinato del periodista cubano Gonzalo Castenon, que había acudido a Cayo Hueso a retarse con M. Reyes, también periodista y lector de la fábrica de Samuel Wolff.
Reyes, en un artículo del periódico "El Republicano" había desafiado en duelo a Castenón. Éste aceptó el reto, pero no llegó a producirse, pues antes sería asesinado en el hotel de Cayo Hueso donde se alojaba.
Inmediatamente, acusaron a Ybor de haber instigado el incidente, al permitir los lectores propagasen el odio hacia España.
El 23 de febrero de 1870, Ybor cedía a las presiones de los voluntarios españoles y cerraba temporalmente su fábrica El Príncipe de Gales, en Cayo Hueso, para proteger a su familia y los intereses económicos que aún tenía en Cuba (meses después todo volvería a la normalidad).
NUEVA YORK, una corta aventura.
En 1871 Ybor compra definitivamente los edificios alquilados donde se ubicaba su fábrica y funda en 1872 la empresa Ybor and Company, designando como socios a su hijo Eduardo y a su amigo y asesor financiero Eduardo Manrara.
En 1874 venden parte de su negocio y abren una oficina en Nueva York, 89 de Waters Street, que les aportaría importantes contactos con agentes y fabricantes que operaban en dicha ciudad, algunos de ellos viejos amigos de
Cuba.
Comienzan la construcción de una fábrica moderna y de gran tamaño (5 pisos y sótano), en la esquina de las calles Rivington y Attorney Street,
que abriría en 1876, a la que llamaron El Coloso. Sería una de las mayores fábricas de cigarros de la ciudad, que daba trabajo a cerca de 500 operarios; sus vitolas eran de dos clases: la de mayor calidad, llamada Coloso y la más barata, Mercuric.
Como podemos leer en el anuncio (a la derecha), la empresa V.M. Ybor & Manrara fabricaba en Nueva York otras marcas de tabaco secundarias, seguramente de pequeño tamaño, pero sinceramente me inclino a pensar que no fueran eran ellos los fabricantes, sino que las hubieran comprado. Actuarían, por tanto, como meros intermediarios o representantes, aportando su prestigio a dichas sub-marcas. Esto justifica el hecho de que en las vitolas de esas marcas no figure explícitamente el fabricante, solo la marca sin más, como he comprobado consultando las vitolas de mi colección. Además, obsérvese que las denominaciones utilizadas, como por ejemplo:
Castenera, La Sublima, La Palladina o Los Imortalles, etc... ponen de manifiesto el desconocimiento del idioma castellano tan típico en aquellas marcas que intentaban imitar o falsificar burdamente a los cigarros "Clear Havana" auténticos, cosa que no se hubiera producido si realmente hubieran sido creadas por Ybor, pues ellos nunca hubieran cometido tan burdo error gramatical.
Marcas secundarias representadas por Ybor & Manrara Co. en su delegación de Nueva York (*4). |
Poco disfrutaría de su nueva fábrica, pues Nueva York fue sacudido por una devastadora huelga del ramo del tabaco, iniciada en agosto de 1877, y que durante los 107 largos días
que duró, forzó a muchos fabricantes a abandonar sus negocios dejando a miles de trabajadores sin salario.
En 1878 se va concienciando del peligroso auge del movimiento sindical en Nueva York y, coincidiendo con el final de la Guerra en Cuba, decide finalizar su poco afortunada aventura neoyorquina y dedicar todos sus esfuerzos a la fábrica de Cayo Hueso.
Ese mismo año, finalizada la guerra cubana, el gobierno español ofreció el indulto a los trabajadores que regresaran a la isla. En poco tiempo, Cayo Hueso perderá un tercio de su mano de obra especializada, y los que quedaron aprovecharían esta situación favorable para exigir una subida de salarios, forzando la primera huelga general en la fábrica El Príncipe de Gales, en 1880, que no sería la última, sino el preludio de otras cada vez más virulentas.
Se estaba diluyendo el carácter paternalista de las relaciones entre empresarios y trabajadores con el asociacionismo sindical y las uniones de fabricantes. Esta realidad iba a aumentar la fuerza en ambos bandos, con el consiguiente enconamiento de sus posturas.
El final de la etapa en CAYO HUESO.
Hasta 1885, la fábrica de El Príncipe de Gales había funcionado a pleno rendimiento; trabajaban en ella unos 500 operarios, que cobraban diariamente un salario entre 2,0 y 3,5 dólares, según el puesto. Ybor había invertido 100.000 dólares en su fábrica de Cayo Hueso y no tenía intención de abandonarla, pero las cosas iban a cambiar drásticamente a raíz de dos sucesos:
Ambos acontecimientos serían los desencadenantes de la fuga de empresas desde Cayo Hueso a la vecina ciudad de Tampa. Como veremos a continuación, Ybor trasladará su producción de cigarros de su fábrica en Cayo Hueso a una nueva ubicación en TAMPA, convirtiéndose en el creador de YBOR CITY, la ciudad del cigarro de Tampa. Dotará a "su ciudad" de las infraestructuras necesarias y atraerá la inversión de otros industriales tabaqueros, lo que le convirtió en el verdadero artífice de la riqueza de esa ciudad, todo ello basado en la industria del cigarro.
La fábrica de "El Príncipe de Gales" en Tampa (*4) |
Pues bien, después de visitar la bahía de Tampa durante unos dos días, Gutiérrez y Gargol viajaron a Cayo Hueso a saludar a su amigo Vicente Martínez Ybor. A su llegada, les recibió amablemente y les presentó a otro español y amigo de Nueva York, Ignacio Haya, propietario de la firma tabaquera Sánchez & Haya, que frecuentemente visitaba Cayo Hueso y que casualmente estaba allí en viaje de negocios y de placer. Enseguida comenzó una interesante tertulia en la que los cuatro intercambiaron impresiones sobre los problemas laborales, centrados en la creciente fuerza de los sindicatos en Cayo Hueso que, cada vez más organizados, podían paralizar la producción en cualquier momento, como sucedió en la huelga de 1877, que obligó a cerrar la fábrica de El Coloso en Nueva York, o la de 1880 en la fábrica El Príncipe de Gales. Haya e Ybor discutían sobre las diferentes opciones para hacer frente a este grave problema; de hecho, Haya había puesto a trabajar a su socio, Serafin Sánchez, en busca de posibles alternativas, una de ellas basada en el cambio de ubicación de las fábricas. Ambos estaban viendo ya la posibilidad de hacerlo en las ciudades de Galveston, Mobile y Pensacola.
A pesar de haber recibido noticias de Tampa a través de su socio Eduardo Manrara, Ybor tenía serias dudas sobre dicha ubicación para su fábrica. Los dos visitantes recién llegados de Tampa contaron sus impresiones sobre lo que habían observado y expusieron sus argumentos de forma tan convincente que, inmediatamente, los cuatro salieron en barco hacia Tampa. Todos quedaron convencidos: efectivamente, la zona cumplía potencialmente con las condiciones idóneas para la ubicación de fábricas de cigarros. Respecto a la mano de obra, la disponibilidad era ciertamente escasa, pero Haya e Ybor no consideraban esto un problema grave, pues ellos se encargarían de atraer a los trabajadores a un entorno en el que serían más felices, y en un ambiente más aislado estarían menos influenciados por los poderosos movimientos sindicales.
Entrada principal de la fábrica "El Príncipe de Gales" de Ybor & Manrara Co. en Tampa (*4) |
Las negociaciones con la JUNTA DE COMERCIO DE TAMPA.
Ybor y Haya escribieron a sus respectivos socios, Manrara y Sánchez, sobre su decisión.
Manrara estaba encantado con la noticia, pues ya conocía las bondades de la zona, estaba convencido de que sería un excelente negocio, y además ya no tendría que viajar más en barco a Cayo Hueso.
Serafín Sánchez, que sabía también de Tampa por Gutiérrez, y que desde hacía meses estaba buscando posibles sitios para ubicar su fábrica, puso rumbo a Tampa, llegando a mediados de Julio de 1885.
Inmediatamente mantuvo una reunión con la recién creada Junta de Comercio de Tampa, les cuenta sus planes y les pide colaboración para encontrar terrenos adecuados para ubicar su fábrica. La Junta, eufórica por la inmejorable oportunidad de recibir jugosas inversiones y nuevos puestos de trabajo para la ciudad, se puso manos a la obra.
La Junta ofreció cederles algunos inmuebles, pero la oferta no les interesó ya que ellos solo querían terrenos amplios y baratos. En Septiembre de 1885, Haya y Ybor visitaban Tampa por segunda vez.
Ybor se había quedado prendado de un terreno al noreste de Tampa con una fuente de agua potable, pero esta tierra había sido comprada meses antes por el capitán John T. Lesley, que a su vez era miembro de la Junta. Aunque había otras muchas tierras disponibles y propietarios dispuestos a venderlas a buen precio, Ybor sólo quería aquellas. Lesley las había comprado, meses antes, por 5.000 dólares y quería venderlas por 9.000. Ybor no aceptó el precio y sin mediar palabra abandonó la reunión, dando a entender que podría ubicar su fábrica en cualquier otra ciudad.
De regreso a su hotel, fue abordado discretamente por el coronel Henderson, miembro de la junta, para pedirle un poco de paciencia pues haría todo lo posible para lograr una solución aceptable para todas las partes al objeto de asegurar la inversión de ambos tabaqueros en Tampa.
El 5 de octubre 1885, la Junta volvió a reunirse para encontrar una salida; la solución de compromiso fue que Ybor pagaría los 9.000 dólares que pedía Lesley, pero los 4.000 de diferencia serían abonados a Ybor por la Junta.
Ambas partes quedaban satisfechas y la ciudad de Tampa ganaba el proyecto de construcción de la fábrica de cigarros de Ybor.
Tenemos que considerar que la estrategia inicial de Ybor no era construir una gran fábrica en Tampa, sino que su idea inicial era repartir la producción de sus cigarros entre Cayo Hueso y la nueva factoría en las afueras de Tampa, siendo ésta la razón por la cual el terreno adquirido a Lesley no era demasiado extenso. Incluso intentó comprar, en el Cayo, una parcela llamada "La Saline", pero no llegó a hacerlo porque pedían demasiado por ella. Esta contrariedad le favoreció, cuando la noche del 30 de marzo de 1886 se inició un pavoroso incendio que finalmente devoró la fábrica de Ybor en Cayo Hueso. La catástrofe alteró su estrategia, inclinándose finalmente por concentrar la totalidad de la fabricación en la nueva ciudad de Tampa.
Mapa de Tampa con la situación de las fábricas de Ybor y Sánchez Haya. La ciudad de West Tampa está a la izqda. |
YBOR CITY.
El 5 de octubre de 1885, a los 68 años, una vez firmado el acuerdo de compra de terrenos con la Junta de Comercio de Tampa y sin esperar a recibir los 4.000 dólares que le adeudaba dicha Junta, Ybor inició la construcción de su fabrica y de su ciudad empresarial. Designa a Gavino Gutiérrez como ingeniero civil y director ejecutivo de la obra (recordemos su papel junto con B. Gargol aconsejando a Ybor acerca de la ubicación de su fábrica en Tampa).
La ubicación aislada del terreno, a las afueras de la ciudad de Tampa, fue minuciosamente planeada; la razón era que le permitía controlar más fácilmente la vida de los trabajadores, característica de otros pueblos o colonias de obreros construidas a finales del siglo XIX con éxito en los EE.UU. y otros países, como fue el pueblo de George Pullman en Illinois (1880) o la famosa Colonia Güell de Gaudí que se construiría en Barcelona (1890).
A las 16 hectáreas de terreno comprados inicialmente a Lesley, añadió otras 20 más, correspondientes a tres grandes parcelas que abarcaban desde Tampa Heights (ver plano) hasta el borde de la Bahía de Hillsborough.
La construcción de la ciudad fue todo un reto para Gavino Gutiérrez (director del proyecto), pues la tierra era blanda y arenosa y en muchas partes hubo que desecar zonas pantanosas.
Los trabajos de construcción de las fincas de Martínez Ybor e Ignacio y Haya, que eran contiguas, se iniciaron prácticamente a la vez y aceleradamente, como si mantuvieran una pugna por ver quién inauguraba antes su fábrica.
La fábrica, ubicada en el cruce de la 9ª Avenida con la calle Republica de Cuba (ver mapa), sería la primera fábrica de cigarros construida con ladrillos en Tampa y constaba de tres pisos, grandes salas de trabajo bien ventiladas con amplias ventanas que permitían la iluminación con luz natural. Frente a ella, y al mismo tiempo, se construyeron las oficinas centrales de la compañía cruzando la 9ª avenida, en el edificio llamado edificio El Pasaje, construido aproximadamente en el mismo tiempo. (*10)
La marca de cigarros Hav-A-Tampa sería la última compañía en ocupar el edificio para su uso previsto.
Mansión residencia de Vicente Martínez Ybor en Tampa, entre las avenidas nº 12 y 17, año 1895 (*4) |
A comienzos de 1886, ambas fábricas ya estaban terminadas, y los planes de apertura eran coincidentes, pero circunstancias ajenas a Ybor le impidieron comenzar la actividad el día previsto, que era el 26 de marzo de 1886. Una de las causas fue que la hoja que llegó de Cayo Hueso estaba sin despalillar, lo que retrasó algo el proceso; la segunda fue el problema laboral que tuvo con los torcedores cubanos, siempre con cierto resentimiento hacia España, no querían estar a las órdenes de un recién contratado capataz español.
Aunque la ciudad se llamaría Ybor City, en honor a su principal industrial y valedor, Vicente Martínez Ybor, será la empresa Sánchez Haya Cigar Co. y su emblemática marca La Flor de Sánchez y Haya a quien le correspondió el honor de ser la primera en fabricar el primer cigarro "Clear Havana" manufacturado en la nueva ciudad tabaquera de Tampa, el 13 de abril de 1886, como consta en la placa que hoy día conmemora tal acontecimiento.
La placa conmemora la 1ª fábrica inaugurada en Tampa, con el siguiente texto:
« El primer cigarro tipo "Clear Havana" se fabricó en este lugar por Sánchez y Haya & Co. el 13 de abril de 1886. Fue registrada como la fábrica número 1 de Don Ignacio Haya y Don Serafín Sánchez como propietarios. El Superintendente de la fábrica era Laureano Sánchez. Al final de su primer año la fábrica produjo 500.000 cigarros al mes. Ignacio Haya y su marca Gold Label son fabricadas aún en Ybor City ».
La fábrica V. Martínez Ybor & Co. fue diseñada y construida en 1886 por el arquitecto C. E. Purcell. El antiguo edificio se ha conservado hasta nuestros días y tiene el orgullo de ser la fábrica de cigarros más antigua de la ciudad de Tampa, que ocupa una amplia zona comprendida entre la 8ª Av., la 9ª Av., la calle nº 13 y la Av.
de la Republica de Cuba. Es un edificio de tres pisos en estilo del neorenacimiento italiano, que se divide en tres partes bien diferenciadas: la fábrica principal, la construcción despalilladora de tres pisos al sur y el almacén de dos pisos al oeste.
Ybor construyó su mansión familiar en un naranjal situado al noreste de Tampa, una estructura de dos pisos, de estilo colonial, conocida como La Hacienda (ver foto).
En 1908, construirían una nueva fábrica de cigarros con una extensión de cerca de 4.000 m2, ubicada en 2311 North 18th street.
Ybor City. Casas para obreros. (*4) |
La ciudad de Ybor City se construía a pleno ritmo, ampliándose constantemente, y con ello aumentando la actividad industrial y comercial relacionada. Las buenas perspectivas atraían a los inversores de todos los puntos de los EE.UU. con nuevas oportunidades para los negocios. El pleno empleo atraía a la mano de obra: banqueros, comerciantes, artesanos, transportistas, funcionarios públicos, etc...
El 15 de Octubre de 1886, Ybor y su socio Manrara formaron la empresa Ybor Land & Improvement Co. (Sánchez & Haya formaría otra similar poco después). Estas empresas construyeron casas, edificios para negocios, oficinas y fábricas, posibilitando un efecto llamada para que otros industriales invirtiesen en Ybor City.
A finales de 1886, se habían construido un total de 176 casas (a una media de cuatro diarias), que se vendían a los trabajadores de sus fábricas entre 750 y 900 dólares. Se proyectaban siguiendo un cuidado plan urbanístico, en amplias filas, como los chalet actuales más modernos. Eran casas de gran calidad, rodeadas con cercas de madera pintadas de blanco, que daba una atmósfera especial al barrio. En esos años, el poblado obrero de Ybor City fue un proyecto ejemplar en los EE.UU.
El 2 de Junio de 1887, Ybor City fue anexionado a Tampa, a pesar de la enérgica oposición de Ybor y Manrara, pues habían invertido mucho dinero y esfuerzo en infraestructuras de todo tipo (calles, iluminación, aceras, etc). La ciudad de Tampa, en el momento de la anexión, contaba con unos 700 habitantes.
Típicas anillas " Príncipe de Gales", marca principal del fabricante Vicente Martínez Ibor. (*27) |
En 1894, como complemento necesario a la Compañía para Desarrollo de Ybor City, Manrara ideó y creó una empresa de Asociación de Préstamos y Compra de edificios que posibilitó que los trabajadores pudieran pedir préstamos para comprar sus propias casas.
La iniciativa de Ybor y Haya de invertir en Tampa, trasladando sus empresas allí, fue una apuesta arriesgada pues iba a requerir unas grandes dosis de esfuerzo, tesón e imaginación para conseguir que otros empresarios apostaran por este proyecto. Después de ellos vendrían otros muchos, como la empresa Lozano, Pendas & Co. dirigida por otro tabaquero de origen asturiano Isidro Pendas, que fue el primer industrial tabaquero en aceptar la invitación de invertir en Ybor City.
Vicente Martínez Ybor fallece el 14 de diciembre de 1896, a los 78 años, en su residencia de Tampa, en el nº 1409 de la 11ª Av. Como veremos a continuación, no tendría que asistir a la triste venta de sus queridas fábricas de cigarros que pocos años después se llevó a cabo. Es probable que las cosas se hubiesen desarrollado de forma diferente de haber estado él presente como principal propietario.
Su carácter conciliador y paternalista, cercano a sus empleados, a la vez visionario, intuitivo y sagaz para los negocios, combinó a la perfección con la naturaleza de su socio, Eduardo Manrara, más frío pero eficaz para los negocios, con una excelente preparación; su bilingüismo le permitía comunicarse adecuadamente con los estadounidenses. Ambos dirigieron la empresa con gran eficacia, dando continuidad a la calidad y prestigio que siempre atesoró la marca El Príncipe de Gales, desde su fundación en Cuba desde 1853.
Marcas: El Príncipe de Gales (principal), Flor de Madrid, La Perla y El Triunfo (anexas).
Eduardo Manrara (*4) |
Eduardo Manrara PadrÓn.
Nació el 3 de agosto de 1842 en Santa María del Puerto del Príncipe (Cuba), hoy ciudad de Camagüey, descendiente de españoles que procedían de Mallorca. Su buena formación le permite colocarse como empleado de banca en La Habana, siendo allí donde conoció a Vicente Martínez Ibor, ya convertido en uno de los mayores fabricantes de habanos de la isla.
La gran intuición de Ibor, veinticuatro años mayor que él, le permite adivinar su preparación, talento y gran futuro como financiero, por lo que inmediatamente lo contrata para sus negocios.
En 1872, con tan solo treinta años, lo nombra socio de la compañía Ybor and Company junto a su hijo mayor, Eduardo Martínez.
Aunque su residencia habitual era Nueva York, en la 9ª av., sus obligaciones le llevaban a efectuar frecuentes viajes a Cayo Hueso, pero siempre lo hacía por tierra, pues sufría de mareos. Ese fue el motivo de que pasara por la bahía de Tampa, conociera el lugar y lo comentara con otros empresarios residentes en Nueva York hasta llegar a Vicente Martínez Ybor e Ignacio Haya a mediados de Julio de 1885.
Foto antigua (1898) de la fábrica de cerveza Ybor City Brewing Co., la primera del estado de Florida (*4) |
Después de la muerte de Ybor, Eduardo Manrara queda como único propietario de El Príncipe de Gales. Manrara continuó invirtiendo en Tampa y desarrollando Ybor City. Al año siguiente abrió la primera cervecería de Florida, la Ybor City Brewing Co., que después pasó a llamarse Florida Brewing Co. Estaba ubicada en un bello edificio inspirado en el Castillo de Brewery, en Johannesburgo, Sudáfrica, que fabricaba 25.000 barriles al año.
Fusionó las empresas V. Martínez Ybor & Co. y Ybor-Manrara Co., permaneciendo esta última hasta 1899, momento en que todos los negocios tabaqueros, incluida su fábrica El Príncipe de Gales, fue absorbida, junto con La Rosa Española de Seidenberg & Co. y muchas otras, por el poderoso trust Havana-American Company, siendo designado Manrara como vicepresidente de la corporación. La Compañía salió a bolsa con un capital de 10 millones de dólares, con el objetivo de integrar fábricas de cigarros de EE.UU y La Habana: Tampa, Nueva Orleans, Chicago, Nueva York o Cayo Hueso.
En 1901 pasa a formar parte de la todopoderosa American Cigar Co. de W. Duke, dentro del plan de concentración empresarial o trust que durante aquellos años se produjo en los EE.UU.
Como consecuencia de la decisión de Manrara de vender terrenos propiedad de Ybor-Manrara Co., compañía creada por ambos socios para el desarrollo de Ybor City, los herederos de la fortuna Martínez Ybor impugnaron estos hechos. Así el usufructo de los bienes de la familia Ybor pasó a ser controlada en 1905, por Mercedes Revilla, viuda de Ybor, que tardaría diez años en liquidar la totalidad de sus propiedades.
Manrara y esposa, paseando en automóvil por las calles de Tampa en 1901. (*4) |
Hasta su fallecimiento, acaecido en Nueva York el 2 de mayo 1912, a los 70 años, Manrara fue un hombre de éxito, había trabajado muy duro en la gestación del gran imperio empresarial junto a su líder, socio y amigo Vicente Martínez Ybor. Había atesorado una gran fortuna, disfrutando de aquellos felices años de crecimiento acelerado en los EE.UU. A pesar de sus continuos viajes entre Tampa, Nueva York y La Habana siempre tenía tiempo para una activa vida social en las ciudades donde residía: Tampa y Nueva York, y buen ejemplo de ello es que fue el primer conductor de automóvil, su "carruaje sin caballos", en pasearse por las calles de Tampa el 15 de junio de 1901.
Manrara, al igual que ocurrió con Serafín Sánchez en la sociedad de Sánchez & Haya, fue en realidad el gran artífice de la creación de Tampa, el empresario que, en la sombra, hizo posible que la ciudad se convirtiera en una urbe moderna y próspera.
Como a veces ocurre en el mundo empresarial, unas personas acaparan la fama y el éxito, correspondiendo a otras el trabajo callado y menos agradecido de gestionar y administrar los intereses comunes, tareas menos lucidas pero de enorme importancia para lograr los objetivos perseguidos.
FUENTES DE INFORMACIÓN. (*)
(*1) Cubanos en KEY WEST - Dos siglos de tabaqueros a pescadores. Autor: M.Miriam Rodríguez Martín.
(*2) Tabaco en la periferia - El complejo agroindustrial cubano y su movimiento obrero 1860-1959. Autor: Jean Stubbs.
(*3) Érase una vez en Tampa... Auge y caída de la Industria del Tabaco en Tampa. Wallace Reyes Ph.D.
(*4) University of South Florida (special collections)
(*5) Don Vicente Martínez Ybor, the man and his empire:
Development of the Clear Havana Industry in Cuba in the nineteenth century. Autor: Glenn Eestfall.
(*6) http://www.examiner.com/article/ybor-city-cigar-factory-series-y-pendas-alvarez-factory
(*7) Ubicación de las factorías de cigarros en Tampa. Tampa's Cigar Factories.
(*8) Tampa Bay History - University of South Florida. A centennial history of Ybor City. University of South Florida. 1985
(*9) Tampa's historic cigar factories: Making a case for preservation. Autor: Brian Koepnick.
(*10) Wikipedia. Ybor Factory Building.
(*11) Fuentes familiares: Rafael Martínez Ibor via email de fecha 27.09.2017.
NOTAS. (*)
(*n1) A su llegada a los EE.UU., al igual que hicieron otros industriales de origen latino, cambió la letra "I" de su segundo apellido por una "Y" a "Ybor", debido al sonido más comercial y anglosajón.
(*n2) El motivo de llamar a estos cigarros "clear Havana" es discutible. La palabra clear en términos financieros significa compensar (impuestos o tasas) en una operación de compra-venta. Pero tambien es un adjetivo que referido al color, significa claro (poco oscuro).
(*n3) He encontrado datos contradictorios sobre la fecha de apertura de la fábrica de La Rosa Española, de Samuel Seidenberg, en Cayo Hueso, incluso sobre su figura.
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