A la memoria de mi padre: José Berni Gómez q.e.p.d. El inició esta colección |
COLECCIONISTA DE VITOLAS DE PUROS Juan Alberto Berni González A.V.E. 1415 |
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JUAN ANTONIO BANCES ÁLVAREZ Y SUS MARCAS PARTAGAS Y HENRY CLAY |
Sabemos que este gran empresario y tabaquero asturiano, Juan Antonio Bances Álvarez, nació en 1820, en la pequeña parroquia asturiana de San Román, perteneciente al concejo de Candamo, en lo más profundo del valle del río Nalón. El concejo de Candamo fue una de las zonas de mayor emigración asturiana y cuna de eminentes tabaqueros, como es nuestro caso.
Pertenecía a una familia de banqueros asentada en la Habana, que experimentó gran auge gracias al capital aportado por la familia.
La casa bancaria Bances y Cía., ubicada en la calle Obispo, nº 21 de la Habana se fundó en el año 1853 y estaba compuesta por el propio Juan Antonio Bances y su sobrino Juan Francisco de Asís Bances y Menéndez Conde.
Se dedicaba fundamentalmente al giro de letras, tanto a las plazas de la Isla de Cuba como a EEUU, España y el resto de Europa, así consta como la primera en realizar masivamente remesas de dinero de los emigrantes asturianos en Cuba.
Desde sus comienzos tuvo como socio y apoderado de sus negocios financieros a Antonio González Mendoza, persona de su absoluta confianza y que actuaba con total independencia.
Bances no fue un tabaquero "de oficio", como lo fueron Francisco Cabañas, fundador del imperio tabaquero Cabañas y Carbajal, o José (Pepín) Rodríguez Fernández entre otros muchos, sino que fue un hombre de una clara visión comercial y de marcado perfil empresarial.
Su principal logro, por el que ha pasado a la historia, fue descubrir, asesorar y apoyar económicamente a diversas personas emprendedoras, hasta entonces desconocidas (la mayoría de ellas paisanos de su tierra natal), para convertirlos en auténticos talentos en la dirección de empresas tabaqueras, llegando a algunos casos a formar con ellos sociedades para la explotación de manufacturas de tabaco.
Ubicación del Concejo de Candamo (Asturias), cuna de Juan Antonio Bances y de tantos otros tabaqueros ilustres. Valle del río Nalón a su paso por el Concejo de Candamo. |
En una primera etapa, y siempre apoyándose en su negocio de banca, se dedicó a la financiación de cosechas tabacaleras y al negocio de la fabricación de cigarros puros. Consecuencia de esta decisión fueron las dos operaciones financieras que le supusieron convertirse en el tabaquero de prestigio internacional que llegó a ser. Estas dos operaciones fueron:
HENRY CLAY.-
Bances conocía muy bien a Julián Álvarez y lo consideraba como la persona idónea para responsabilizarle de la dirección técnica de la fábrica. El joven Julián se sentía preparado y seguro para emprender su primera gran aventura, la de dirigir una factoría de tabacos. Disponía de unos pequeños ahorros y su amigo Juan Antonio Bances Álvarez contaba con él.
Comparecen ante notario, los Srs. Álvarez Granda y Bances Álvarez, ambos españoles y asturianos, en su propio nombre, manifiestan haber acordado crear y establecer en la calle Aguacate, 98 de La Habana (Cuba), una fábrica de tabacos, bajo la denominación de Henry Clay.
De acuerdo ambos en los objetivos establecidos, estos no eran otros que, prioritariamente, el cultivo, compra, fabricación y venta de tabaco, establecimiento de marcas anexas con destino a la exportación a países de diferente continente. Junto a estos objetivos también dejaron patente la oportunidad de establecer nuevas fábricas, talleres y depósitos, cuantos se estimasen convenientes para los servicios de la Entidad.
Las oficinas de la sociedad estaban ubicadas en la calle del Aguacate nº 98 (hoy 406) y la fábrica en la Calzada de Luyanó que ocupaba casi toda la manzana. (*10).
En 1875, Bances se retira de la sociedad que mantenía con Julián Álvarez Granda, traspasando a su nombre todas las propiedades de la sociedad y quedando éste último como propietario único de la marca Henry Clay. La fábrica siguió fabricando cigarros hasta principios del siglo XX, constituyendose otra sociedad con el industrial tabaquero Tomás Gutiérrez bajo la denominación Bances y Gutiérrez con su nueva fábrica en la calle Calzada del Monte nº 78 y una de sus marcas La Perfección del Tabaco (*10), por cierto poco o nada conocida.
Fue también Delegado del Gobierno español en la Isla de Cuba para la compra de tabaco con destino a la península, como lo prueba un documento fechado en 1876 con su visto bueno como delegado del gobierno y la firma de Julián Álvarez como nuevo y único propietario de la marca Henry Clay.
El enigma de la denominación de la marca Henry Clay
Cualquiera que se haya asomado, aunque sea someramente, a la historia de esta prestigiosa marca de tabacos, se habrá hecho las mismas preguntas:
En mi modesta opinión, esta última pregunta siempre fue la más difícil de contestar. El artículo publicado en la revista AVE nº 354 intenta descifrar esta incógnita. En él se relatan acontecimientos históricos contrastados y se describen complejos vínculos entre sus protagonistas que configuran una hipótesis altamente probable según la cual el senador norteamericano de origen francés PIERRE SOULÉ sería el "personaje clave" que puso en contacto al famoso senador Henry Clay con el empresario Juan Antonio Bances.
Esta persona clave en el proceso, haría de puente entre ambas partes, intermediando y negociando con el senador Clay los términos del contrato, para finalmente lograr la firma para la cesión de sus derechos de imagen a la marca de tabaco cubana HENRY CLAY.
Dos años después, en 1852, fallecía Henry Clay mermada su salud por la tuberculosis.
Añadido a su prestigio como hábil político y elocuente senador de los EEUU, se sumó la gran popularidad alcanzada por esta marca de cigarros puros. Así, su nombre llegaría a todos los lugares del mundo en forma de lujosas vitolas y etiquetas litográficas, para garantizar y embellecer aquellas manufacturas tabaqueras salidas de la fábrica con su denominación, Henry Clay.
En este vínculo encontrará el artículo completo: « -- Henry Clay. El enigma de su denominación como marca de tabaco --» (*7)
PARTAGÁS .- En 1865 la firma Díaz, Bances y Cía. aparecía como uno de los principales fabricantes de tabaco de la Isla, al producir 13 millones de puros anuales. En este contexto de negocios, logró cuantiosos beneficios que le permitieron adquirir, en 1887, la prestigiosa Fábrica de Tabacos Partagás y Ca. después de librar interminables juicios con los herederos de Jaime Partagás Rabell: Teresa y José Partagás Puig (hijos del fundador de la fábrica) los cuales manejaron los negocios heredados de su padre con poca fortuna por lo que la empresa entró en pérdidas y tuvieron que recurrir a endeudarse.
Después de múltiples pleitos, todo termina el 22 de julio de 1876 con una sentencia condenatoria a Teresa Partagás, que había recurrido la sentencia anterior, y que obligaba a silencio perpetuo y el pago de todas las costas del juicio, que ascendieron a 2.725 pesos.
En ese momento,
el 22 de julio de 1876, Bances toma formalmente posesión de la Fábrica de Partagás y, como primera medida, forma un consejo de administración presidido por él mismo, acompañado por personas de su círculo de confianza.
Por aquellos años, Ramón Cifuentes LLano, amigo y paisano de Bances, ya era un tabaquero de reconocida solvencia técnica y un proveedor de tabaco en rama seguro y eficaz, por lo que seguramente formaría parte del grupo de personas de confianza de Bances.
Al pasar la fábrica de Partagás a poder de Juan Antonio Bances, se elevó la importancia de la compañía debido al considerable aumento de capital de que fue objeto, «que en algunas ocasiones llegó a 1.200.000 pesos, entre tabaco elaborado, pendiente de embarque, rama en almacén y consignaciones pendientes de liquidación». (*2)
Dos anillas de la marca Flor de Tabacos de Partagas y Ca. en las que figuran como fabricantes: J.A. Bances y González. |
En 1899 Bances regresa a España, y al año siguiente, en 1900, decide retirarse de los negocios tabaqueros y traspasar la propiedad de Partagás a la sociedad denominada Cifuentes, Fernández y Ca. formada por Ramón Cifuentes Llano y Antonio Fernández, manteniendose él mismo como director de la fábrica Flor de Tabacos de Partagás y Cia junto a José González.
Los nuevos socios propietarios dinamizarían la empresa, logrando una gran calidad de tabaco con una esmerada presentación. Partagás conseguiría aumentar considerablemente su bien ganado antiguo prestigio.
Bances, como director de Partagás, lo era solo a título honorífico ya que sus múltiples ocupaciones, tanto en sus negocios como en política, no le permitían atender debidamente una empresa tan importante y en continua expansión como Partagás. Hombre inteligente y astuto donde los haya, conocía muy bien a su paisano Ramón Cifuentes LLano y era plenamente consciente de su capacitación y de sus cualidades personales y profesionales. Por tanto lo consideró como la persona idónea para relanzar la empresa y decide ofrecer a su paisano y amigo Ramón el privilegio de adquirir la que años después sería la Real Fábrica de Tabacos Partagás y Ca.
Pero la muerte le sorprende el 23 de julio de 1907, a los 87 años, antes de consumarse la venta de Partagás de forma oficial, en 1909.
En su testamento consta la fecha del fallecimiento y un texto explícito sobre la venta con el siguiente texto:
« .... a los Sres. Cifuentes Fernández y Cía de las marcas máquinas y enseres de la fabrica de cigarros de Partagás a un precio de $10.000 a través de la testamentaría del Exc. Sr. D. J A. Bances y Álvarez, en cuenta corriente de Oro Español, con el Albacea Claudio G. Mendoza ». (*5)
Juan Antonio Bances fue un personaje sobresaliente y muy conocido en los ambientes sociales, mercantiles y financieros de Cuba, por lo qué desde el primer momento tuvo fácil la entrada en el ámbito político de la Isla. Su prestigio aumentaba continuamente, lo cual le permitió ocupar diversos puestos de relevancia en el ámbito tabaquero, como la presidencia del Gremio de Fabricantes de Tabacos (1880), la Asociación de Fabricantes de Cigarros de la Isla de Cuba, o la Unión de Fabricantes de Tabaco y Cigarros de La Habana (1866) junto a otros prestigiosos industriales tabaqueros como Buenaventura Parera, que adquirió la fábrica de tabaco Punch en 1875 y Gustavo Bock, propietario de la marca Águila de Oro.
En el orden social, fue socio fundador de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Asturias, creada el 8 de septiembre de 1877 y de la cual fue su vicepresidente. Asimismo fue considerado entre los candidatos de más peso a la Presidencia del Centro Asturiano de la Habana en 1886, obteniendo el segundo lugar en la votación.
Vitola de la marca Flor de J. A. Bances con el retrato de Alfonso XIII niño (Alfonsito). |
Según algunas fuentes (*2), en 1888 la fábrica y las vegas de tabaco que poseía la firma fueron vendidas a un sindicato inglés domiciliado en Londres, por un 1.500.000 de pesos, el cual fue dividido en acciones preferidas y comunes, de las cuales el señor Bances tomó la tercera parte. Siempre según dichas fuentes «Bances siguió de director de la empresa, y el señor Morris, agente de la citada marca en los EEUU, suscribió un buen número de ellas, siendo nombrado administrador de la nueva compañía».
En 1904 la firma bancaria de Bances renovó su escritura de constitución como sociedad mercantil colectiva, mientras que tres años más tarde se disolvió para reconstituirse nuevamente el 2 de marzo de 1908 como sociedad en comandita, dirigida esta vez por Juan Francisco de Asís Bances y Menéndez Conde, que era sobrino de J.A. Bances.
Se mantenía la misma dirección, la misma razón social, aunque se extendía el plazo de la sociedad a 10 años, es decir hasta 1918, para «dedicarse a los negocios de banca que ha venido atendiendo Bances y Álvarez, especialmente el giro de letras y el desempeño de comisiones mercantiles, además de otros negocios de lícito comercio ». Esta vez el capital social ascendió a 85.000 pesos, de los cuales 20.000 fueron aportados por el socio gerente y el resto, 65.000, por el comerciante José Fernández López como apoderado de sus hijas.
Casa que perteneció a Juan Antonio Bances en la antigua Calle del Obispo. Es una de las casas más antiguas y bellas de toda La Habana Vieja (*6) |
Sin embargo, y a pesar de todos sus esfuerzos, la empresa no logró escapar del desastre bancario de octubre de 1920, declarándose en estado de suspensión de pagos el 14 de junio de 1921 ante los miembros de la Comisión Temporal de Liquidación Bancaria, por lo que se procedió a «la venta de todo lo que constituía el activo del banco con el resultado de que el producto de estas ventas fue insuficiente para satisfacer las atenciones de la liquidación, adeudándose por este concepto la cantidad de 3.610 pesos, mientras que a los acreedores se le debían 654,918. Resultando que, terminada la liquidación del banco J. A. Bances y Cía. sociedad en comandita, la Comisión acordó disolver su Junta Liquidadora y dar por clausurado dicho banco».
La casa donde se ubicó su negocio de banca y oficinas estaba ubicada en la calle Obispo 117-119, que es una de las edificaciones más antiguas y emblemáticas de la Habana, pues su historia se remonta a mediados del siglo XVI y perteneció a Antón Recio y Castaño.
En 1881 la finca fue comprada por Bances y fue propiedad suya hasta su muerte, en 1907. Está considerada como una de las casas más antiguas de la Habana, con elegantes techos de artesonado de influencia mudéjar, ver foto a la derecha. (*6)
Los últimos años de Juan Antonio Bances nos han sido revelados gracias a la escritora y abogada francesa Catherine Chancerel, autora de un libro (*8) en el que Juan Antonio Bances aparece como dueño de un castillo en el Pirineo Francés, el Castillo de Coumes, que años atrás había pertenecido a Pierre Soulé, perteneciente a una de las familias más aristocráticas y adineradas de Nueva Orleans, que sería un personaje clave en el proceso de denominación de la marca Henry Clay.
Pierre Soulé, que había nacido en la cercana localidad francesa de Castillon-en-Couserans, debió comprar dicho Castillo sobre 1836, cuando era ya ciudadano norteamericano y un famoso abogado de Nueva Orleans. Originariamente, el castillo era una pequeña fortaleza medieval muy poco habitable. Unos pocos años antes del comienzo de la Guerra de Secesión norteamericana de 1861, Soulé vendió el castillo (se desconoce a quién), falleciendo el 26 de marzo de 1870.
Sobre 1880, Juan Antonio Bances, con sesenta años de edad, rico y soltero, contrae matrimonio con una joven y bella criolla de cuarenta años, originaria de Nueva Orleans, Angele de Marigny Sentmanat (1841-1891) que había enviudado el 11 de diciembre de 1878 de Nevil Soulé, que casualmente era hijo de Pierre Soulé.
Castillo de Coumes - Postal antigua. (*7)
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Poco tiempo después de su boda, Bances compraría el viejo castillo medial de Coumes. Entre 1883 y 1887 lo reformó por completo, transformándolo en una cómoda mansión. En ella , Angele Sentmanat y Juan Antonio Bances vivirán juntos unos 11 años junto a alguno de sus siete hijos de su anterior matrimonio con Nevil Soulé.
Angele falleció en 1891, a la edad de 49 o 50 años, en Cuba siendo enterrada en el cementerio de Colón, en La Habana.
Juan Antonio Bances fallecería el 23 de julio de 1907, a los ochenta y siete años de edad.
En la actualidad, el castillo de Coumes es propiedad privada, perteneciente a la familia Begouen.
Marcas principales y anexas :
Flor de J. A. Bances, Henry Clay (en sociedad con Julián Álvarez Granda), Partagás y Flor de Tabacos Partagás (ambas en sociedad con Ramón Cifuentes).
FUENTES DE INFORMACIÓN
(*1) Empresarios Asturianos en Cuba (1840-1920) - Revista de Indias, 2002, vol. LXII, número 225. Autor: Enrique Collazo Pérez - UNED.
(*2) El tabaco en Cuba. Apuntes para su historia. Autor: Antonio de Gordon y de Acosta - La Habana 1897
(*3) A.V.E. Grandes Tabaqueros. Fundadores de la Gran Fábrica de Tabacos Henry Clay: Julián Álvarez Granda y Juan Antonio Bances. Páginas 101 a 144.
(*4) Fotografía cedida por la familia de J.A. Bances (Beatriz Díaz López), con la colaboración del Ayuntamiento de Candamo.
(*5) Testamento de Juan Antonio Bances en poder de su familia (Beatriz Díaz López)
(*6) Fotografía cedida por cortesía de D. Florencio Giménez Caballero.
(*7) Revista de la A.V.E nº 354. Grandes Tabaqueros y sus marcas: Henry Clay - El enigma de su denominación como marca de tabaco. Autor Juan Alberto Berni.
(*8) "El hombre del Gran Rio” es un libro editado el 17 de abril de 2014, cuyo autor es la abogada y escritora francesa Catherine Chancerel. “El hombre” del título es Pierre Soulé, protagonista del libro y figura principal de este artículo, y “el Gran Rio” es el Mississippi. Tiene el proyecto de escribir un segundo libro basado en la historia real de Juan Antonio Bances y Angele de Marigny Sentmanat. El libro posiblemente se titule: “Bances. El banquero cubano y la dama de Luisiana“.
(*9) Fotos procedentes de la familia Soulé, de Angele Sentmanat, cedidas por Catherine Chancerel.
(*10) Revista A.V.E. nº 388 Pág. 8.
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